I∴P∴H∴ JESÚS MILCÍADES BATISTA GONZÁLEZ, 33°
PASADO SOBERANO GRAN COMENDADOR
Nació un 10 de diciembre del 1929, en la culta y Olímpica ciudad de La Vega Real. Casó con Rosa María Valenzuela con quien procreó 7 hijos, Jesús Milcíades, Altagracia, Víctor Hugo, Rosa Sofía, Tomás Gregorio, Omar Milcíades y Omar Ernesto.
Siendo nativo de La Vega, trasladó su residencia a la ciudad de San Pedro de Macorís, donde fue declarado hijo adoptivo por el Concejo Municipal de esa Ciudad.
Fue Fundador de la Filial de los Bomberos en Santo Domingo para apoyar a los Bomberos de San Pedro de Macorís, donde obtuvo el rango de General.
Se inició en los augustos misterios masónicos en la Benemérita y Respetable Logia La Aurora No. 25 del Oriente de San Pedro Macorís.
Al fijar residencia en la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, se afilió a la Benemérita y Respetable Logia Esperanza No. 9, donde fue su Venerable Maestro.
Formó parte de Clubes de Servicios tales como los Rotarios.
Continuó escalando posiciones destacadas en el simbolismo y dentro del Gran Consejo de la Gran Logia, hasta ostentar la posición de Gran Maestro de la Gran Logia de la República Dominicana en el período 1976-1977.
En su carrera filosófica en la Masonería Escocesa fue coronado como Grado 33 el 21 de junio de 1976. Ocupó posiciones importantes en el Cuerpo de Grandes Dignatarios del Supremo Consejo del Grado 33 hasta llegar a la posición de Soberano Gran Comendador por tres períodos 1994-1996 / 1996-1998 / 1998-2001, donde propició importantes transformaciones normativas a nuestra Constitución y Estatutos de la Masonería Escocesa, así como a nuestros rituales masónicos.
Paralelamente a su accionar masónico, también formó parte de la Logia Odfélica, donde escaló y formó parte de importantes posiciones dentro de su estructura.
Como miembro de ambas organizaciones, masónica y odfélica, viajó a todas las provincias con estusiasmo y esmero. Recorrió templos masónicos en Estados Unidos, América Central, América del Sur, Europa y diversas islas.
En Boston, Massachusetts se inicia como miembro de la Antigua Orden Arábiga de los Nobles del Santuario Místico, comúnmente conocida como los Shriners, en el Templo Aleppo y posteriormente fue miembro fundador del Club Shrine Dominicano en 1979. Desde sus funciones en el Club, apoyó el traslado de niños aquejados por quemaduras y problemas ortopédicos a los hospitales Shriners en Boston y Springfield para ser sometidos a las cirugías y tratamientos médicos gratuitos del Programa.
Su entrega a todo lo que hacía, su pasión por lo que creía, lo hicieron merecedor de diversos reconocimientos nacionales e internacionales. En el año 2018 fue condecorado con la Medalla de Honor del Grado 33 del Supremo Consejo.
Parte al Campamento Eterno el 21 de marzo de 2019.
Que su ejemplo arraigado y demostrado por los valores de la Patria, la fraternidad, la filantropía, la educación y el progreso, sirvan de inspiración y emulación para todos los miembros de nuestra Augusta Orden y de la humanidad.